Introducción
La ciencia del blasón se extiende también al exterior del campo del escudo, que puede recibir ornamentos exteriores. El escudo puede estar notablemente surmontado de una corona o de un yelmo, rodeado de collares de órdenes a las que el titular de las armas pertenece, mantenido por figuras llamadas tenantes cuando son humanos, soportes cuando son animales y sostenes cuando son objetos inanimados. El conjunto puede descansar sobre una terraza o un zócalo. Las armas están frecuentemente acompañadas de divisas que se ubican por debajo del escudo, tales como "Dieu et mon droit" (Dios y mi derecho) de los soberanos británicos, o de gritos de guerra que se ubican por encima del escudo, tales como "Montjoie Saint-Denis" de los Reyes de Francia, o el "Santiago" de la Monarquía Hispánica. Finalmente, las armas puede ser rodeadas de una tela, llamada canópeo si sube hasta por encima del escudo o manto si sólo lo rodea.
Estos ornamentos exteriores suelen indicar el rango, los cargos, las dignidades, las funciones de los poseedores. Así, en Francia, los grandes oficiales de la Corona portaban soportes específicos a su cargo, como los dos bastones flordelisados de los mariscales. Así mismo, los pabellones están reservados a los soberanos y los mantos, en Francia y el Reino Unido a los pares. Se ha intentado, también, jerarquizar las coronas y los hombres según el grado de la jerarquía nobiliaria pero eso no tiene importancia real en la época contemporánea.
El origen de todos los ornamentos anteriores se halla en los torneos de la Edad Media. La manera de timbrar los escudos data del siglo XV. Por su parte, la costumbre de poner las cruces de las órdenes militares debajo del escudo tiene su origen en la práctica de los cruzados de llevar sus insignias encima del vestido sobre el que aplicaban el escudo en las batallas.
Heráldica española
España posee una de más ricas heráldicas de Europa. Hoy en día todavía es posible ver labras heráldicas en las fachadas de edificios públicos y privados en ciudades y pueblos de toda nuestra orografía, se encuentran también en monumentos, templos y sepulcros. Nuestros archivos y bibliotecas están llenos de armoriales y otros documentos en los que se recogen multitud de emblemas heráldicos.Incluso, en las últimas décadas diversos eruditos están tratando de inventariar el rico patrimonio heráldico existente en las diversas comunidades españolas, en un resurgir del interés por el conocimiento de estos importantes signos de identificación de los diversos linajes.El uso de la heráldica que se inició a título personal como identificación del caballero, cubierto por su armadura, y sólo a partir del siglo XII comenzará a hacerse hereditario con el objeto de conservar el recuerdo de la procedencia de un origen común. El blasón junto con el apellido se convierte en el elemento identificador de un linaje, entendiendo por tal el conjunto de consanguíneos que proceden de un tronco común. Son numerosos los casos en que la propia existencia del linaje, se manifiesta antes por el uso de un mismo emblema que por el de un apellido común, que a veces ni llegó a existir hasta fecha más tardía. El apellido es algo normalmente impuesto desde fuera, por que su uso comienza en los demás, mientras que las Armas son adoptadas por los propios usuarios y mostradas a los otros para que los reconozcan como pertenecientes a un mismo linaje, constituyen por ello el genuino signo de identidad del mismo de forma que se convertirán en la síntesis gráfica de los valores e historia de cada linaje, recogiendo sus propias connotaciones y tradiciones de continuarla.
Es por ello que la mayoría de las Casas Hidalgas portaban en su escudo el blasón de su varonía, cuyo uso estaba reservado a los miembros de dicho linaje, tanto los pertenecientes a la rama troncal del mismo como a las diferentes ramas colaterales que se habían ido desgajando a lo largo delas generaciones y que lo incorporaron a sus blasones, bien sumando nuevas figuras a las originales del blasón de varonía o bien subdividiendo su campo en varios cuarteles. La utilización de escudos de armas hereditarios tiene sin duda una relación directa con el perfeccionamiento y difusión de la idea misma de linaje, entendida no sólo como vínculo carnal, sino sobre todo como una tradición común y la voluntad de continuarla. Los blasones se manifiestan como un signo de identificación entre iguales y se retransmitirán de generación en generación, por lo que junto con la aparición de un apellido invariable, actuarán como medio de cohesión entre todos los miembros de un mismo linaje. El recuerdo de los antepasados es exaltado por las armerías como signo de distinción, exhibiendo orgullosos los blasones heredados de sus padres y abuelos. Éstos se convierten así en la síntesis gráfica de los valores e historia de cada linaje, recogiendo sus propias connotaciones y tradiciones.
Al fallecer el caballero en los funerales realizados el escudo con sus armas ocupará un lugar muy destacado, llevándose colgado del arzón de su caballo, y se grabará sobre su sepulcro. Su heredero recibirá junto al feudo o señorío ganado por su padre las armas que blasonaron el escudo de éste, ostentándo las con orgullo como si el hijo las hubiera ganado con su propio esfuerzo,convirtiéndose así en hereditarias y en el mejor signo de identificación de un linaje.El uso de las armas heráldicas se extenderá pronto entre todos los príncipes, nobles, caballerose incluso alcanzará a la burguesía acomodada. Clérigos y damas tendrán también su escudo, y con el tiempo se extenderá el uso del blasón a todas las clases sociales. Si bien este proceso expansivo llevará su tiempo, a veces de siglos, pues su evolución será diferente según los diversos territorios.En unos como Francia, considerada por muchos como la cuna de la heráldica, inicialmente estuvo reservada a los príncipes y grandes señores feudales, según nos dice Boos, después se iría extendiendo poco a poco al conjunto de los caballeros, más tarde a los eclesiásticos, a la burguesía, y por último llegaría hasta los artesanos y los campesinos popularizándose, aunque la Revolución Francesa de 1.789 intentaría acabar con todos los blasones como símbolo denostado del Ancien Régiment. La época napoleónica restauraría los usos heráldicos, aunque reservados estrictamente a las clases nobiliarias. Su caída permitiría su extensión final a todas las clases sociales.
En lo que respecta a Inglaterra la heráldica fue el distintivo propio de los señores feudales de Gran Bretaña, según Humphery-Smith, siendo profusamente utilizada por los Barones y Caballeros tanto que los reyes de Inglaterra decidieron regular su uso, limitando la capacidad armera de sus súbditos y encomendándola a un cuerpo de Reyes de Armas, únicos autorizados a certificar antiguos escudos de linaje y conceder nuevos a los recién ennoblecidos. Si bien a partir del siglo XVIII fue imposible evitar la proliferación de escudos y su uso por los burgueses enriquecidos sin tener que pasar por los Reyes de Armas.
En Portugal los emblemas heráldicos fueron predominantemente utilizados como marcas identificadotas y no como elementos decorativos, según Calvao Borges, propios de la gran nobleza lusitana, su extensión al conjunto de los hidalgos y a los plebeyos fue vista con recelo por la Corona,reglamentando los usos heráldicos, prohibiendo a los simples hidalgos y plebeyos el utilizar en sus blasones el oro o la plata, y estableciendo que solo se podían usar las armas antiguas de familias con una nobleza histórica reconocida o concedidas por el rey a la familias recientemente ennoblecidas.Esta nobiliarización y limitación de los blasones trajo consigo el desinterés de la sociedad en general por ellos, persistente incluso hoy en día.
En cuanto a España vemos que han coexistido varios sistemas que van desde una estricta limitación como existía en el Reino de Navarra, en donde las armas más que a una persona o a un linaje pertenecían al palacio o al solar, como elemento indicador de la procedencia y nobleza del mismo. Se exigía que todos los escudos estuvieran inscritos en el Libro de Armería del Reino,constando si eran personales o pertenecía a una Palacio Cabo de Armería, por lo que solo podían utilizarlos sus titulares y aquellos descendientes suyos a quienes los titulares del solar reconocían por parientes y permitían usar las armas solariegas; es por ello que en muchas ocasiones no hay correspondencia entre las armas y el apellido del titular que las usa.
En el vecino Reino de Aragón blasonar sus casas con sus escudos de armas fue una prerrogativa de los infanzones regnícolas, de ahí que quien pretendiera blasonarse así se expusiera a ser demandado ante el Justicia de Aragón y tener que defender su pretendida infanzonía mediante un proceso de jactancia o bien allanarse y picar el escudo de la fachada de su casa. Tan unido estaba el uso de la heráldica a la condición nobiliaria que para ingresar en la aragonesa Orden de Montesa se exigía además presentar la prueba armera. Si bien en España existen también territorios, como los condados catalanes, en los que desde finales de la Edad Media el uso de los blasones se extendía incluso a la población campesina y menestral que utilizaban armerías parlantes como transposición de su apellido u oficio que realizaban. En las provincias vascongadas sucedía algo similar pues estaba extendida por toda la población vasca,independientemente de su riqueza o condición social, convirtiéndose en la expresión gráfica del apellido; de ahí que la heráldica vasca sea esencialmente de carácter parlante.
Hipótesis estas que tendremos ocasión de examinar en el desarrollo de nuestra Tesis. De tofas formas la norma general fue que el blasonar sus casas, salvo las excepciones vasca y catalana, estuvo reservada a los nobles e hidalgos que podian exhibir las armas recibidas de sus padres o concedido por los reyes en premio a sus méritos y hazañas, o bien, en el caso de la nueva nobleza,solicitar un escudo de armas de los heraldos reales, según nos relata Ferránd Mexía en su Nobiliario Vero escrito entre los años 1.477 y 1.485. Bernabé Moreno de Vargas considera que en la EspañaMedieval el uso de escudos de armas estuvo reservada a los caballeros e hijosdalgos. Aunque Tesis Doctoral presentada por Luis Valero de Bernabé Martín de Eugenios eguidamente de nincia las malas costumbres de algunos plebeuos que tratan de imitar a los fijosdalgos utilizando sus armas.
Los emblemas heráldicos pronto trascenderán del ámbito puramente militar, en el que nacieron, y se extenderán a todas las actividades de la vida social. Servirán para adornar sus vestimentas, sus mansiones, sus panteones, sus caballos, sus pertenencias e incluso la librea de sus servidores. Igualmente servirán para proclamar mecenas y patronazgos, así pueden verse las armas encampanas, lámparas, bóvedas de las capillas, cuadros, portadas de libros, anillos, cofrecillos….,Apareciendo incluso en los lugares más insólitos. Es innegable la existencia de una cultura heráldica visual que durante siglos será comprendida por todos los estratos sociales, incluso por el pueblo llano, por otra parte mayoritariamente analfabeto. la presencia de blasones en templos y edificios públicos muy frecuentados, según nos dice Molinero respecto a la Catedral de Córdoba centro neurálgico de la sociedad cordobesa, debemos considerarla como una expresión simbólica visual que permitía la percepción inconsciente, transmitida de generación en generación, de la importancia y poder de una familia. Lo que hizo fueran utilizados ampliamente sin riesgo de pasar ignorados o desapercibidos. Ya que eran comprendidos en toda su dimensión, mejor incluso que cualquier lenguaje escrito.
Un escudo de armas es una representación pictórica o jeroglífico que encierra una determinada simbología; es decir es un emblema y como tal es un signo de identificación preciso como puede ser una bandera, una enseña, un sello o un logotipo. Por lo que en una sociedad mayoritariamente analfabeta, el uso de un determinado blasón era el mejor procedimiento para identificar un linaje,mucho más firme y determinante aún que el propio apellido de éste.
Antaño, los individuos que por su sangre pertenecían a un linaje ilustre hacían ostensible a los demás dicha pertenencia, a fin de gozar del acervo común de prestigio y notoriedad acumulado por dicho linaje de generación en generación,mediante la adopción de su blasón; Pues la mayoría de la gente, incluso los más humildes, sabían identificar los blasones de las principales familias y con ello distinguir sus casas, enterramientos y pertenencias, al igual que hoy en día los Bancos y principales firmas comerciales se hacen identificar por sus respectivos logotipos. Tanto es así que incluso los que servían a un linaje tenían a gala el poder utilizar también de alguna forma los signos distintivos de éste. Es por ello que las labras heráldicas que tanto abundan en nuestras tierras tienen una virtualidad que excede y trasciende de su propia realidad,no debemos verlas como una simple muestra de arte o de la vanidad de las gentes, sino como un testimonio vivo de la presencia en aquel lugar de un determinado linaje.
Entendido éste no como una simple serie de filiaciones, sino como una comunidad de ideales, anhelos y realizaciones, con sus gozos y sus sombras, en la que los honores y yerros de todos los que formaron parte de dicho linaje alcanzan y recaen sobre cada uno de sus miembros. El heraldista español Pedro José de Aldazaval, en su Arte de Escudos de Armas, sostiene que fue precisa la invención del arte del blasón para que por este medio se conservase en las familias el lustre y el honor de sus mayores, y su visión motivase a los interesados la imitación de sus hazañas gloriosas.El historiador Maurice Keen, en su conocido tratado sobre La Caballería, nos dice que desde los primeros tiempos las fuerzas militares habían utilizado insignias de una u otra clase parare conocerse en el combate.
En la edad media los caballeros, forrados de hierro de los pies a la cabeza,trocaron las pinturas decorativas de sus escudos en señales de reconocimiento de la identidad del combatiente, más con el afianzamiento de los linajes a partir del siglo XIII los escudos de armas se convirtieron en hereditarios, regulándose por unas reglas bien definidas por los Heraldos y Reyes de Armas. Se convirtieron así en unas insignias familiares a las que los caballeros tenían derecho por herencia y con ello fueron algo mucho más que una simple marca de reconocimiento; pues en los blasones familiares estaba depositada la historia y el honor del linaje, convirtiéndose así en modelos de virtudes heroicas, mediante una simbología muy precisa, a las que el nuevo caballero debía honrar y nunca cometer acto alguno que pudiera difamarlas.
Según el heraldista francés Cadet de Gassicourt, el símbolo es la base de toda religión, como lo es también de toda ciencia; pero si bien estos símbolos pueden ser vistos por todos los hombres, su interpretación suele estar reservada solo a los iniciados. Dicho autor supuso que ocurría igual con la heráldica, pues los armoriales medievales estaban destinados a ser vistos por todos los hombres, por lo que importaba expresamente que sólo pudiesen ser comprendidos por los que tenían un mismo código de valores. En un mundo cargado de profundo simbolismo, como era el medieval, sería completamente contrario a toda lógica el suponer que sólo el azar haya podido dirigir la confección delas armerías, pues nadie compone un emblema sin saber qué quiere hacer representar.
Es por ello perfectamente razonable el considerar que todos los muebles y piezas heráldicas que aparecen en los armoriales medievales no estaban elegidos al azar, ni su utilización respondía al capricho o simple fantasía del titular del blasón.La adopción de un determinado blasón antaño era algo que debía efectuarse con sumo cuidado, pues a través de su visión sé identificada y consideraba la calidad e importancia del propio linaje.
Es por ello que la Sociedad Medieval inmersa en un profundo simbolismo iconográfico fue escogiendo una serie de figuras tomadas tanto de la vida cotidiana que rodeaba al caballero, como dela naturaleza, tanto animada como inanimada, a las que concedía un simbolismo que rebasaba su propia concepción natural, utilizando un dibujo esquematizado de éstas para dibujarlo como signo identificativo del portador de los blasones. Esta elección no fue algo casual o arbitrario, si no que se correspondía con la forma de pensar de un cierto segmento de la sociedad estamental del Antiguo Régimen, creador de un código de señales plásticas por el que se transmitía a la sociedad en general el conocimiento del valor heroico e importancia de los poseedores de los Blasones.
La proliferación de emblemas heráldicos que se efectúa en toda Europa a partir del siglo XIII llevó a la necesidad de multiplicar las particiones, piezas y figuras con sus correspondientes esmaltes.Los Heraldos, Persevantes y Reyes de Armas serían los encargados de velar por el respeto y cumplimiento de las leyes heráldicas y en especial por impedir que alguien tomara como propio un blasón perteneciente a un determinado linaje, pero sería imposible evitar que un determinado diseño fuera copiado por otros muchos, variando las proporciones, esmaltes o combinaciones de figuras,llevados por su afán de parecerse a los linajes más importantes de cada zona o región, como ha sido estudiado por Pardo de Guevara respecto a la heráldica galaica.
Si bien su uso inicialmente se circunscribió al estamento nobiliario después se fue extendiendo primero a los clérigos, luego a las damas y por ultimo a los burgueses. La heráldica ha ido evolucionando hasta convertirse en una simple distinción honorífica, con la importante salvedad que hoy en día su uso no se encuentra reservado a un pequeño grupo de privilegiados, como antaño, sino que es accesible a toda persona, cualquiera que sea su origen social. Más es un error muy extendido el pensar que todo apellido tiene su escudo los escudos son un bien privativo de su propietario y de su familia, es decir de aquellos que sean de su misma sangre. No basta con tener el mismo apellido para ser aceptado por un familiar y lo mismo ocurre con los escudos. Quien no ha heredado un escudo de sus padres puede lograr que un rey de armas le haga uno propio, pero nunca copiar el que pertenezca otra familia solo por tener apellidos comunes.
Herman Goring |
1).-shields, position on the shield, tinctures (1-28) Escudos, posición en el escudo, tinturas. i.- El ducado de Rubí. 2).-partitions (29-52) Tabiques. Nº 52.-Diccionario María Kinsky de Wchinitz y Tettau Nº 51.-Diccionario Conde de Athlone Nº 50.-Diccionario Nobleza Judía "Leopold Ritter von Seligmann" Nº 49.-Diccionario Judíos ennoblecidos en Europa. Nº 48.-Diccionario Nobleza judía. Nº 47.-Diccionario Nobleza judía Nº 46.-Diccionario Nobleza judía. Nº 45.-Diccionario Nobleza judía. Nº 44.-Diccionario Dinastías Schleswig-Holstein Nº 43.-Diccionario Dinastías Schleswig-Holstein Nº 42.-Diccionario Dinastías Schleswig-Holstein Nº 41.-Diccionario Schleswig-Holsteinischen Ritterschaft Nº 40.-Diccionario María Cristina de Borbón y Battenberg Nº 39.-Diccionario Beatriz de Borbón y Battenberg Nº 38.-Diccionario Schleswig-Holstein. Nº 37.-Diccionario Adolfo de Teck, 1.er marqués de Cambridge Nº 36.-Diccionario Príncipe de Teck Nº 35.-Diccionario Casa de Foix-Grailly-Bearn Nº 34.-Diccionario La casa de Albret o Labrit Nº 33.-Diccionario El Castillo de Borbón-l'Archambault Nº 32.-Diccionario Antiguos señores de Borbón Nº 31.-Diccionario Beatriz de Borgoña, señora de Borbon Nº 30.-Diccionario Alonso Pita da Veiga Nº 29.-Diccionario Escudo de Liechtenstein 3).-partitions, disposition (53-76) Particiones, disposición. Nº 73 a 74.-Diccionario Los Golitsin, Galitzin, Galytzin, Galitsin, Gallitsin o Golitsyn Nº 71 a 72.-Diccionario Bartolomeo Colleoni Nº 70.-Diccionario El ducado de Sueca Nº 69.-Diccionario Ruspoli Nº 68.-Diccionario Josefa Tudó Nº 67.-Diccionario Príncipe de Bassano Nº 66.-Diccionario El condado de Chinchón Nº 65.-Diccionario El marquesado de Boadilla del Monte. Nº 64.-Diccionario Baronía de Mascalbó. Nº 63.-Diccionario Edad Moderna Nº 62.-Diccionario Danneskiold-Samsøe. Nº 61.-Diccionario Conde von Rosenborg Nº 60.-Diccionario Ana María Šemberová de Boskovic y Černá Hora Nº 59.-Diccionario Princesa Juana Beatriz de Dietrichstein-Nikolsburg Nº 58.-Diccionario Condesa Eleonora Bárbara Catalina de Thun-Hohenstein Nº 57.-Diccionario Condesa María Ana Catalina de Oettingen-Spielberg Nº 56.-Diccionario Leopoldine von Sternberg Nº 55.-Diccionario Landgravina María Josefa Sofía de Fürstenberg-Weitra Nº 54.-Diccionario Kaas Nº 53.-Diccionario Elsa von Gutmann 4).-ordinaries: fess (77-100) Aleksandr Danílovich Ménshikov
5).-fess, pale (101-124) El Marquesado de Castellbell 6).-bend, chevron (125-148) Marquesado de Santa Cruz de Mudela 7).-chief, misc. ordinaries (149-172) Grigori Aleksándrovich Potiomkin-Tavrícheski. Jefes, piezas miscelaneas. 8).-misc. ordinaries (173-196) Varios ordinarios. i.- 173-194 El condado de Monterrey 9).-cross (197-220) Cruz. i.- Ducado de Lerma. ii.- El marquesado del Carpio 10).-cross, saltire (221-244) Cruz. i.- El ducado de Valencia ii.- El ducado de Uceda 11).-fleur-de-lys, geometric charges, astronomical charges (245-268) Flor de Lis. i.- José Antonio Manso de Velasco ii.- La Casa de Olivares 12).-lion (269-292) i.- Casas principales de origen ilustrado extranjero ii.- Bernhard Karl Freiherr von Koehne 13).-birds, fish (293-316) nobleza rusa Pájaros, peces. 14).-quadrupeds (317-340) nobleza rusa Cuadrúpedos. 15).-misc. animals, military charges (341-364) Misc. animales, cargas militares. nobleza rusa 16).-flora (365-388) Flora. nobleza rusa 17).-tools (389-412) Herramientas. nobleza rusa 18).-clothing (413-436) Vestuario. nobleza rusa 19).-geometric patterns (437-460) Patrones geométricos. El capitán Mark Anthony Peter Phillips
20).-miscellaneous (461-484) Varios. María del Reino Unido 21).-miscellaneous (485-508) Varios. Luisa del Reino Unido 22).-exterior ornaments (509-525) Adornos exteriores. Conde de Snowdon 23).-exterior ornaments (528-530) Adornos exteriores. Ducado de Arión |
Día Internacional de la Heráldica.
El 10 de junio, se celebra el Día Internacional de la Heráldica, una iniciativa propuesta por la Sociedad Heráldica Polaca. La elección de la fecha de esta efeméride obedece a una referencia heráldica que se originó en Francia a principios del siglo XII: la investidura de 'Geoffrey' (Godofredo II de Bretaña nació en Londres, el 23 de septiembre de 1158, y murió en París el 19 de agosto de 1186. Era el cuarto hijo varón de Enrique II de Inglaterra, duque de Normandía y conde de Anjou, y de su esposa Leonor de Aquitania. Fue duque de Bretaña en nombre de su prometida Constanza de Bretaña) como caballero. Esta ceremonia fue oficiada por el Rey Enrique I de Inglaterra, en la cual le concede llevar por armas los felinos ingleses sobre un escudo de color azul.
De acuerdo a la Real Academia Española (RAE) la Heráldica es una expresión artística que describe gráficamente los escudos de armas de un linaje, ciudad o persona. Se conoce como la Ciencia del Blasón. La Heráldica se desarrolló en Europa durante la Edad Media, mediante la identificación de linajes y miembros de la jerarquía de la sociedad feudal, la nobleza y la iglesia católica. Igualmente se utilizó para identificar gremios, asociaciones, territorios, villas y ciudades.
Constituye un sistema de comunicación que refleja elementos emblemáticos conformados por armerías o escudos de armas, conformados por los siguientes conjuntos de elementos conocidos como repertorios paradigmáticos, Campo: limitado por la representación de un escudo; Particiones del campo: con zonas delimitadas en su interior; Señales o muebles: relacionadas con figuras geométricas u objetos; Esmaltes o colores heráldicos: divididos en metales (oro, plata) y colores (púrpura, azur, gules, sable y sinople); y Ornamentos exteriores al campo: situados encima del escudo, con formas de corona y yelmo, rodeados de elementos como collares, cintas, cordones, mantos y pabellones.
Francisco Mendizábal.
Alfredo Basanta de la Riva
El 10 de junio, se celebra el Día Internacional de la Heráldica.
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