Nation and Destiny (Serie de peliculas de corea del norte) a.-



Biografía de Choi Hong Hi 

ana karina gonzalez huenchuñir


(9 de noviembre de 1918 - 15 de junio de 2002), también conocido como General Choi, fue un general del Ejército Surcoreano, artista marcial y una figura polémica en la historia del arte marcial coreano del Taekwon-Do. Choi es ampliamente reconocido como el «Fundador del Taekwon-Do» para la Federación Internacional de Taekwondo (ITF) y Federación Mundial de Taekwondo(WTF).

Primeros años

El general Choi Hong Hi nació el 9 de noviembre de 1918 en una de las zonas más montañosas y duras de Corea, en el distrito de Dae Hwa, en lo que ahora es Corea del Norte. En su juventud, fue bastante frágil y enfermizo, lo cual fue una fuente constante de preocupación para sus padres.
A la corta edad de doce años, fue expulsado de su colegio por sublevarse en contra de las autoridades japonesas que controlaban Corea en esos años. Lo que lo llevaría a unirse al Movimiento Independentista de estudiantes en la ciudad de Gwangju.
Después de haber sido expulsado, su padre lo mandó a estudiar caligrafía con el maestro Han Il Dong, quien era muy reconocido en esta disciplina. El maestro Han, además, era maestro de Taekkyon, el antiguo arte coreano de lucha que utiliza principalmente técnicas de patadas, barridos, y golpes de palma abierta. Para fortalecer el cuerpo del joven Choi, el maestro Han comenzó a enseñarle los más rigurosos ejercicios de Taekkyon. Este entrenamiento físico le sería muy útil más adelante en su aprendizaje marcial.
En 1937 durante la invasión japonesa de Corea, a la edad de 20 años, Choi fue enviado al Japón para continuar su educación. En Kyoto, conoció a un compatriota, el Sr. Kim, quien se dedicaba a enseñar Karate-Do, estilo Shotokan. Después de más de dos años de formación diaria y entrenamiento intensivo, Choi alcanzó el grado de cinturón negro primer dan en Karate. Las técnicas aprendidas en este arte marcial, junto con las del Taekkyon, serían las raíces de lo que hoy conocemos como el Taekwondo ITF.
El futuro maestro mantuvo un entrenamiento mental y físico, estudió en la escuela secundaria, en la preparatoria y, por último, en la Universidad de Tokio. Durante este periodo, su entrenamiento le permitió obtener su segundo dan en Karate como cinturón negro, y comenzó a enseñar en una sede de la YMCA (Asociación Cristiana de Jóvenes) en Tokio, Japón.

Carrera militar

Choi, se vio obligado a alistarse en el ejército japonés al declararse la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Sirviendo al Imperio Japonés. Posteriormente al regresar a la actual capital de Corea del Norte, Pionyang, fue señalado por los japoneses como el planificador del Movimiento de Independencia Coreano; Por esta razón, fue encarcelado durante los ocho meses previos a su juicio.
En la cárcel, Choi continuó entrenando, pulió sus técnicas y comenzó con el desarrollo de un nuevo arte marcial. Tal era su dedicación que, pronto, su compañero de celda y su carcelero se convirtieron en sus nuevos estudiantes. Con el tiempo, todo el patio de la prisión se convirtió en un gigantesco dojang.
La liberación de Corea de parte de los estados aliados en 1945, salvó al futuro general de una condena de siete años en prisión. En enero del siguiente año, ya libre, Choi fue nombrado subteniente del nuevo ejército surcoreano. Con ello, nacía la posibilidad de promocionar el arte marcial que había estado desarrollando, a partir del taekkyon y del karate.
Fue asignado como comandante de compañía en Gwangju, donde Choi aprovechó la oportunidad para enseñar su arte. Al poco tiempo fue ascendido a teniente y transferido a la ciudad de Daejeon a cargo del Segundo Regimiento de Infantería. En su nuevo puesto, continuó promoviendo su arte a los soldados coreanos y estadounidenses por igual. Esa fue la primera introducción que tuvieron los americanos de lo que actualmente se conoce como Taekwondo. Debido a que ellos en esa época solo conocían las artes marciales a mano vacía del Judo y el Karate-Do japonesas como referentes y, por la gran similitud del nuevo arte con este último, además de la barrera del idioma, le llamaron "karate coreano".
En 1947, el entonces teniente Choi fue ascendido a capitán y luego a mayor. Ya en el año 1948, es transferido a Seúl como Jefe de Logística. Allí se convirtió en instructor de la Escuela de Policía Militar estadounidense y es ascendido nuevamente a teniente coronel.
En 1949, fue ascendido a coronel y transferido a Estados Unidos, donde siguió difundiendo su arte. En 1951, fue designado como general de brigada. En este puesto decidió organizar la Escuela General de Tierra en Busan, fue nombrado Jefe de Estado Mayor del 1º Cuerpo de Infantería surcoreano y fue responsable de informar al General Douglas MacArthur durante su visita a Gangneung. Durante la Guerra de Corea, el general de brigada Choi Hong Hi estaba a cargo de la 5º División de Infantería. Tras la guerra, en el año 1953, escribió un libro sobre inteligencia militar.
En 1954, formó la 29º División de Infantería en la isla de Jeju, donde sus nuevas técnicas alcanzarían un mayor grado de madurez. Estableció también la escuela Oh Do Kwan (en español: Estilo Mi Camino), donde consolido finalmente las técnicas del Taekkyon y del Karate para desarrollar el sistema actual de Taekwondo, con la ayuda de su entonces amigo y cofundador del Oh Do Kwan, Nam Tae Hi. Tuvo la oportunidad de dirigir el Chung Do Kwan(en español: Estilo de Ola Azul) fundado por el Gran Maestro Lee Won Kuk. A finales de ese año, fue ascendido a general.
En 1959, el general Choi fue asignado como subcomandante del 2º ejército en Daegu. En 1960, asumió como Director de Inteligencia del ejército surcoreano y como comandante del Mando Armado de Combate, con la dirección de infantería, artillería, blindados y de las escuelas de aviación y señalamiento. En 1961, alcanzó la cúspide de su carrera militar, siendo asignado comandante del 6º Cuerpo de Infantería. Finalmente, se retira en 1965 como general de dos estrellas.

Desarrollo del Taekwondo

Las nuevas técnicas enseñadas por el General Choi fueron ganando popularidad, al punto de ser aceptadas y reconocidas como un nuevo arte marcial. Es por eso que necesitaba un nombre, así fue como el general organizó una junta con instructores, historiadores y líderes de la sociedad coreana para tal propósito. El 11 de abril de 1955, Choi propuso el nombre, y bajo la aceptación de toda la junta, el nuevo arte marcial pasó a llamarse Taekwondo, o "Arte de lucha con pies y manos" (Tae: Luchar con los pies; Kwon: Luchar con las manos; Do: Camino Espiritual).
En el año 1959, el General Choi y diecinueve de sus mejores alumnos, cinturones negros recorrieron el Lejano Oriente para mostrar a los espectadores sus técnicas. La gira fue un éxito para el grupo, ya que lograron que el Taekwondo se extendiera más allá de Corea. Ese año, el general fue elevado a presidente de la recién formada Asociación Coreana de Taekwondo, publicó un primer escrito sobre su arte marcial e hizo del mismo una enseñanza obligatoria para las fuerzas armadas y policía de Corea del Sur. A través de sus estudiantes, el Taekwondo fue introducido en la escuela militar más antigua de los Estados Unidos, el fuerte West Point.

La década de 1960

En 1960, Choi asistió al Club de Karate del maestro Rhee Jhoon Goo en San Antonio, Texas. Allí convenció a los estudiantes y al maestro a utilizar el nombre Taekwondo en vez del nombre de "Karate coreano". Esto convertiría al maestro Rhee en el primer instructor de Taekwondo en Estados Unidos, logrando que el arte marcial se abriera paso en el país. Ya para 1961, el General Choi dirigía los centros de entrenamiento más grandes de Corea.
El general fue nombrado Embajador en Malasia en el año 1962, donde aprovechó la oportunidad para difundir su arte. Un año después, ya se había formado la Asociación Malaya de Taekwondo. Cuando el arte fue presentado ante el primer ministro Abd ul-Rahman Putra en el Estadio Merdeka, alcanzó consenso nacional. El mismo año, se realizó una demostración en el edificio de las Naciones Unidas de Nueva York y su amigo, el Mayor Nam Tae Hi, introdujo el Taekwondo en las Fuerzas Armadas de Vietnam.
En 1964, el Embajador Choi viajó a Vietnam para enseñar a los instructores encabezados por el Teniente Coronel Park Joon Gi, las formas avanzadas que había estado desarrollando en los últimos años. Fue recién en ese año en donde el general pudo finalmente definir ente el Taekwondo y el Karate japonés, pudiendo así separarlos definitivamente. También, fue reelegido como presidente de la Asociación Coreana de Taekwondo.
En 1965, Choi fue designado por el Gobierno de la República de Corea para liderar una misión de buena voluntad a la República Federal Alemana, a la República Árabe Unida, a Italia, a Malasia, a Singapur y a Turquía. Durante la misión, el general declaró al Taekwondo como el arte marcial nacional de Corea y logró que en esos países se formaran asociaciones del arte. El 22 de marzo de dicho año, las asociaciones de Alemania Occidental, Corea, Estados Unidos, Italia, Malasia, República Árabe Unida, Singapur, Turquía y Vietnam formaron la Federación Internacional de Taekwondo (ITF).
El general recibió la medalla de Servicio Distinguido Primera Clase de parte del gobierno de Vietnam en 1967. Ayudó, también, a formar la fundación coreano-vietnamita de Taekwondo y la Asociación de Taekwondo de Hong Kong. Cuando visitó el Torneo Americano de Taekwondo en Chicago, Illinois, discutió la expansión y ampliación de la Asociación de Taekwondo de los Estados Unidos, la cual se formaría oficialmente en Washington D. C. el 26 de noviembre de dicho año. Choi aprovechó su visita para encontrarse con Robert Walson, 4º dan y una de las autoridades estadounidenses más reconocidas en el arte, para sentar las bases de una nueva edición de un libro sobre el Taekwon-Do. Durante el año, seleccionó a cinco instructores de las Fuerzas Armadas de la República de Corea para enviar a Taiwán, a pedido del Generalísimo Chiang Kai-Shek. A finales de año, el General Choi invitó al famoso Maestro de Karate, el coreano Mas Oyama, fundador del estilo Kyokushinkai, a la sede de la ITF en Seúl para continuar la discusión que había empezado en Hakone, Japón. Después de una larga discusión, el Maestro Oyama decidió que no incluiría en sus técnicas el currículo del Taekwondo ITF, sino que seguiría en el camino del Karate-Do japonés.
En 1968, el Taekwondo fue un tema importante a tratar en el simposio organizado por el Consejo Internacional de Deporte Militar (en francés, Conseil International du Sport Militaire, CISM) organizado en París, Francia. El General Choi, con un grupo de cinturones negros, asistieron al evento, como también a Bélgica, Canadá, España, India y los Países Bajos, para enseñar y mostrar sus técnicas. Cuando volvió a Corea recibió el primer Premio de Investigación Deportiva por su entrega hacia las artes marciales coreanas.
Al año siguiente, se realizó el primer Torneo Asiático de Taekwondo con sede en Hong Kong. Choi recorrió los países participantes para investigar como se preparaban para el gran torneo. Más adelante, visitó a varios instructores alrededor del mundo y recopiló fotografías para la primera edición de su libro Taekwondo (Derechos de impresión 1972).

La década de 1970
ana karina gonzalez huenchuñir


Con el comienzo de década, el general Choi dio seminarios en Canadá, Europa, Oriente Medio y el Sureste Asiático, buscando siempre difundir su arte y unificar la Federación Internacional de Taekwondo (ITF). Al año siguiente, asistió al 2º Torneo Asiático de Taekwondo en el Estadio Negara en Kuala Lumpur, Malasia y el General Kim Jong Hyun, Jefe del Departamento de Artes Marciales del Ejército, le solicitó instructores calificados para capacitar a las Fuerzas Armadas de Irán.
En 1972, Choi presentó el Taekwondo en Bolivia, Guatemala, Haití y República Dominicana. Se interesó en difundir su arte entre los jóvenes del mundo, promoviéndolo en varias universidades de América, Europa, Medio y Extremo Oriente. Ese año, el general trasladó la sede de la ITF, a Toronto, Canadá con el apoyo de todos los países miembros. Su objetivo, promocionar el Taekwondo en Europa del Este. A fines de 1973, el General Choi formó un equipo de exhibición con cinturones negros 7º dan. y recorrieron 13 países de África, Europa, Extremo y Medio Oriente. En cinco de estos países se formaron sucursales de la ITF. El grupo estaba formado por Kong Yong Il, Park Jong Soo, Rhee Ki Ha, Pak Sung Jae y Choi Chang Keun.
El año 1974 fue un año muy especial para el General Choi, ya que pudo hacer realidad su sueño al celebrar el primer Campeonato Mundial de Taekwondo ITF en Montreal, Canadá. En noviembre y diciembre de ese año, lideró al cuarto equipo internacional de exhibiciones por los países de: Colombia, Costa Rica, Curazao, Jamaica y Surinam.
En 1975, el general tuvo el honor de exhibir el Taekwondo en la Ópera de Sídney, Australia, la cual había sido inaugurada dos años antes. Choi realizó, en ese año, seminarios en Grecia y Suecia. En 1976, dio seminarios en Europa, Indonesia, Irán y Malasia; y en noviembre, declaró la apertura del primer Campeonato Europeo de Taekwondo en Amsterdam, Países Bajos.
En septiembre de 1977, el fundador del Taekwondo ITF, visitó Australia, Malasia y Nueva Zelanda, seguido por la reunión de Tokio, Japón, en la cual denunció públicamente al entonces presidente surcoreano Park Chung-hee de haber usado el Taekwondo para sus propósitos claramente políticos. Durante ese año, llegaría también a Suecia y Dinamarca, donde ayudaría a formar las asociaciones nacionales de dichos países.
El General Choi comenzó una gira por Kenia, Malasia, Pakistán y Sudáfrica en mayo de 1978, acompañado por el maestro Rhee Ki Ha, 'Padre del Taekwondo Británico'. Lideró también al quinto equipo internacional de exhibiciones por Hungría, Polonia, Suecia y Yugoslavia. En septiembre de dicho año, se celebra en Oklahoma City, Estados Unidos, el segundo Campeonato Mundial de Taekwondo.
En junio de 1979, se formó la Federación Europea (en inglés: All Europe Taekwon-Do Federation)? en Oslo, Noruega. Choi visitó Suecia, Dinamarca, Alemania Occidental, Francia y Groenlandia acompañado por Khang Su Jong y Rhee Ki Ha. En noviembre el sexto equipo internacional de exhibiciones, liderados por el general, se presentaron en el estadio Luna Park de Buenos Aires, Argentina. El equipo estaba formado por Kim Jong Chan, Choi Chang Keun, Rhee Ki Ha, Park Jung Tae, Lee Jong Moon, Chung Kwang Duk, Kim Suk Jun y Michael Cormack.

La década de 1980

El año 1980 fue, quizás, muy significativo para el General Choi. Él, junto a quince de sus alumnos, entre los que se encontraba su hijo Choi Joong Hwa, visitaron por primera vez la República Popular Democrática de Corea, lugar de nacimiento del general. En noviembre, la Federación Europea celebró su primer torneo en Londres, Inglaterra contando con la participación de dieciocho países.
Al comienzo del año 1981, junto al maestro Choi Chang Keun, viajó a Queensland, Australia, donde abrió el primer Campeonato del Área del Pacífico. Durante el viaje, participó en la fundación de la Federación de Taekwondo del Pacífico Sur, como así también en la fundación de la Federación Australiana de Taekwondo. En junio, lideró al octavo equipo internacional de exhibiciones a Tokio, Japón.
En agosto de 1981, visitó Argentina para abrir y asistir al Tercer Campeonato Mundial de Taekwondo celebrado en Resistencia, Chaco.
En octubre, realizó un seminario dirigido a los miembros fundadores del Taekwondo en Corea del Norte y para noviembre, logró formar un equipo de exhibiciones con instructores de ambas Coreas, el cual se presentó en la reunión conocida como Líderes Cristianos de Corea del Norte y del Exterior, llevada a cabo en Viena, Austria.
En enero de 1982, formó la Federación Norteamericana de Taekwondo en Toronto, Canadá. Durante ese año fue capaz de abrir, por primera vez, un gimnasio de taekwondo en Japón con la ayuda del patriota coreano-japonés, Chon Jin Shik. En julio, dictó seminarios en Puerto Rico acompañado por el maestro Park Jung Tae. En octubre se reunió con el Sr. Arpad Csanadi, director del comité de programación del Comité Olímpico Internacional (COI), en Budapest, Hungría, con el fin de discutir el reconocimiento del Taekwondo ITF por dicha organización. Entre octubre y noviembre, con el objetivo de promover su arte, el General Choi junto a los maestros Han Sam Soo, Park Jung Tae y Choi Joong Hwa (este último, hijo del propio General Choi) realizaron una gira por Groenlandia, Reino Unido, Alemania Occidental, Austria, Dinamarca, Polonia, Hungría, Yugoslavia, Checoslovaquia y Finlandia. En diciembre, asistió al primer Campeonato Intercontinental de Taekwondo celebrado en Nápoles, Italia.
En los primeros días de 1983, el general viajó a Colorado, Estados Unidos junto al maestro Lee Suk Hi, en aquel entonces, presidente de la Federación Norteamericana de Taekwondo. El objetivo del viaje fue evaluar a Charles E. Sereff, presidente de la Federación Estadounidense de Taekwondo, logrando este último convertirse en 7º dan. En febrero, realiza un tour de seminarios en América Latina, entre los países visitados se encontraban Argentina, Colombia, Honduras y Panamá. En Honduras, ayudó a organizar la Federación Centroamericana de Taekwondo. Durante marzo, abril y mayo, visitó Santa Bárbara (California), Europa y Corea del Norte con el fin de reunir información para la edición definitiva de la Enciclopedia del Taekwondo. En los meses de octubre y noviembre, acompañado por su hijo Choi Joong Hwa y por Park Jung Tae, viajó a Yugoslavia e Italia con la intención de tomar las fotografías que se utilizarían más adelante en la última edición de la Enciclopedia.
En abril de 1984, Choi abrió el cuarto Campeonato Mundial de Taekwondo en Glasgow, Escocia. Visitó también a Juan Antonio Samaranch, presidente del COI, en Lausana, Suiza para convencerlo, sin éxito, de que la ITF es el único organismo que enseña el verdadero Taekwondo. En septiembre, invitó a varios instructores mayores a Pyongyang, Corea del Norte, para finalizar la publicación de la Enciclopedia. En esa ocasión se discutió sobre el traslado de la sede de la ITF a Viena, Austria. En octubre, declaró la apertura del tercer campeonato celebrado por la Federación Europea en Budapest, Hungría, siendo la primera vez que un torneo internacional de Taekwondo fue realizado en un país socialista. En noviembre, el maestro visitó Nueva York para abrir la tercera Copa Anual General Choi en Estados Unidos. En diciembre, se celebró el 5º Congreso de la ITF en Viena, en donde se acordó trasladar la sede a dicha ciudad. El General Choi fue reelegido como presidente de la ITF.
En 1985, fue el año en donde el General Choi publicó su mayor obra, la Enciclopedia del Taekwondo, con un total de quince volúmenes y más de 30.000 fotografías e ilustraciones sobre la práctica y reglas de este arte marcial.1​ Durante el año, el traslado de la sede central a Viena se hizo efectivo. Esto permitió al general y a toda la institución promover el Taekwondo en países socialistas y tercermundistas. En abril, visitó Puerto Rico junto a Tran Trien Quan (presidente de la Federación Canadiense de Taekwondo), James Limand y Kim Suk Jun en donde asistió a la primera Copa Latinoamericana General Choi. En noviembre, visitó Noruega para abrir el Campeonato Escandinavo de Taekwondo. En diciembre, asistió a los festivales celebrados por la Federación Canadiense en Quebec en honor al 30º aniversario de la fundación del Taekwondo ITF.
En 1986, Choi llevó al equipo de exhibiciones norcoreano a la República Popular de China, dando a conocer el Taekwondo en dicho país. En 1987, anunció la realización del quinto Campeonato Mundial de Taekwondo en Atenas, Grecia, a pesar de la oposición del régimen dictatorial que gobernaba Corea del Sur en aquel entonces. En diciembre, desarrolló la Fundación de Promoción y Popularización de la ITF con el apoyo de Chon Yon Shik, hermano mayor del vicepresidente Chon Jin Shik. En mayo de 1988, asistió al sexto Campeonato Mundial en Budapest, Hungría, el cual fue el primero en ser televisado vía satélite por toda Europa. En agosto, llevó al equipo de exhibiciones a Moscú, a la ya desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), hoy Rusia.

La década de 1990
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Durante esta década, el General Choi fijó su residencia en Canadá, donde en 1989 junto a otros colaboradores había dado forma a la Federación de Taekwondo Coreo-Americana (KATU, según sus iniciales en inglés), con el objetivo de afianzar lazos entre Corea y los Estados Unidos en materia de la enseñanza y difusión del Taekwondo. Para la presidencia de dicha organización, Choi confió en su alumno Hwang Kwang Sung, quien durante esa década había sido también designado como director de los equipos Senior y Junior de los Estados Unidos para los campeonatos mundiales.
En esta década también se produjo la primera graduación de Grandes Maestros, ocurrida en el año 1997. La misma se produjo en diferentes etapas, siendo los primeros tres alumnos en recibir el honor de ser graduados como 9º DAN por parte del propio General Choi, el coreo-británico Rhee Ki Ha, el estadounidense Charles Sereff y el coreano Hwang Kwang Sung. La importancia adquirida por estos tres alumnos convertidos en grandes maestros, los hizo acreedores de distintas nomenclaturas identificatorias, siendo el Maestro Rhee conocido por las siglas inglesas FGMR (Primer Gran Maestro Rhee, en español), el Maestro Sereff por las siglas inglesas SGM (Gran Maestro Senior, en español) y el Maestro Hwang como K-9-1 (Primer 9º DAN Coreano, en español).

Fallecimiento


El Fundador del Taekwon-Do, falleció a las 20:35 del 15 de junio de 2002 en Corea del Norte producto de un cáncer de estómago.​ El general Choi trabajó sin descanso en la promoción de su amado arte y se celebraron homenajes a su memoria en todo el mundo. Sus restos posteriormente fueron recogidos y presentados a la familia Choi en el servicio conmemorativo realizado en Canadá


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( Chosŏn'gŭl :  민족 과 운명 ; MR :  Minjokgwa ummyeong ) es una serie de 62 películas norcoreanas estrenadas entre 1992 y 2002. Pretende mostrar que el pueblo coreano "puede vivir una vida gloriosa solo en el seno Del Gran Líder y de la Patria Socialista ". 
Kim Jong-il, personalmente, eligió el título y participó ampliamente en los primeros episodios. Concebida como la mayor serie de películas jamás producida en cualquier país, fue la mayor inversión realizada en la historia del cine norcoreano.. Inicialmente, los escritores, directores y actores más veteranos participaron en el proyecto y fue promovido y elogiado por los medios de comunicación norcoreanos . Se proyectó que la serie alcanzaría los 100 episodios, pero ninguno se ha editado desde 2002.
La película es notable por sus escenas ambientadas en el mundo occidental y en Corea del Sur. 
También es notable su representación de la "figura antisistema" Han Sorya , quien fue purgada en la década de 1960 por Kim Il-sung, en un papel positivo. Esta fue la primera vez que una "figura antisistema" ha sido representada como el héroe en la pantalla de Corea del Norte. 

Partes

Las partes 1 a 4 se basaron en la vida de Choe Deok-sin 
Las partes 5-8 se basaron en la vida de Isang Yun 
Las partes 9–13 se basaron en la vida de Choi Hong Hi 
Las partes 14-16 se basaron en la vida de Ri In-mo 
Las partes 17–19 se basaron en la vida de Ho Jong-sun 
Las partes 20–25 se basaron en la vida de mujeres japonesas naturalizadas, incluyendo Rim Un-jong (Izumi Kiyoshi) 
Las partes 26–36 se basaron en la vida de los trabajadores 
Las partes 46–51 se basaron en la vida de Choe Hyon 
Las partes 52–60 se basaron en la vida de personas pasadas, presentes y futuras a través de generaciones 
Las partes 61 a 62 se basaron en la vida de los campesinos


NADA QUE ENVIDIAR.

Secuestros, monstruos y persuasión masiva: el cine norcoreano sigue siendo un enigma más potente que cualquier película.

JAIME LORITE
02 MAR 2021 - 20:30


La ironía quiso que fuera con una película de lucha de clases. El 10 de febrero del pasado año, Corea del Sur hacía historia logrando el máximo reconocimiento en los Óscar con Parásitos, del director Bong Joon-ho, primera vez que un país de habla no inglesa (que no extranjero, puesto que Reino Unido ha ganado varias veces antes) se imponía en los casi 100 años de vida del certamen. Desde la deliberada ambigüedad del título, el argumento de Parásitos contraponía a una familia pobre con una familia acomodada para reflexionar sobre quién se aprovechaba realmente de quién: si los trabajadores que, gracias a su labor, disfrutan de los lujos de los ricos cuando no están en el hogar o, más bien, los ricos que se nutren del esfuerzo ajeno y las asimetrías sistémicas para disfrutar de una vida de opulencia.

Si no fuera por determinadas decisiones de estilo, como la de no incluir números musicales o no vertebrar la narración en torno a una analogía floral, la película bien podría ajustarse a los cánones del cine norcoreano fijados por el difunto dictador Kim Jong-il en su ensayo Sobre el arte cinematográfico, de 1973. 

“Cuando vean que el protagonista, al despertar su conciencia de clase y llenarse de odio hacia el enemigo, se alza en pie de lucha, los hombres conocerán diáfanamente qué es la revolución y por qué deben hacerla”, dejó escrito el padre del actual dirigente de Corea del Norte.

La manera de entender el cine en Corea del Norte es inseparable de la visión del hombre que estuvo al frente de la dinastía comunista entre 1994 y 2011. El productor y escritor Paul Fischer dedicó un libro, Producciones Kim Jong-il presenta… (Turner, 2015), al estudio de la concepción del séptimo arte de quien fue conocido como Amado Líder. La más mediática de sus medidas —y que ocupa el grueso de la obra, casi al modo de una novela de espionaje y suspense— fue el secuestro del director Shin Sang-ok y la actriz Choi Eun-hee, ambos estrellas en Corea del Sur. En la transcripción de una grabación que los artistas cautivos lograron filtrar, Kim Jong-il se sinceraba sobre sus frustraciones, lamentaba que el cine norcoreano siguiese estancado en el modelo propagandístico de la Unión Soviética y explicaba la razón por la que había decidido importar, no consensuadamente, el talento de la pareja a ese lado de la península:

 “Las películas que se hacen aquí no tienen nada de estimulante. No se prueban cosas nuevas, y así es imposible mejorar. Repiten las mismas escenas que ya hemos filmado en el pasado. Deberíamos rodar películas que se queden grabadas en nuestra retina, ¿por qué solo hacemos basura?”.

Kim Jong-il era, realmente, un apasionado del cine. Aunque lo que más trascendiese fuera su afición a la saga Rambo, el dirigente conocía tanto lo que se estaba haciendo en Estados Unidos como en Europa, lo estudiaba y almacenaba decenas de miles de películas de diversas nacionalidades en su videoteca personal, que recolectó a través de la llamada Operación Recurso nº 100: sus embajadas se encargaban de hacerse con copias extranjeras y varios equipos se las traducían por partes separadas, sin llegar a ver las imágenes, puesto que las películas no estaban autorizadas para el resto de norcoreanos.

“Lo que Kim Jong-il aprendió y aplicó en Corea del Norte se lo habían enseñado las películas”, sostiene el autor Paul Fischer en su libro.

 “Poseía un cierto sentido de la narración, del dramatismo y del espectáculo, de cómo se forja un mito y de su poder. No hay mejor ejemplo que la historia oficial de su propio nacimiento [según la biografía oficial, el dirigente nació en una montaña volcánica, anunciado por dos arcoíris y una nueva estrella en el firmamento], que remite a las narraciones sobre los héroes arquetípicos. La madre excepcional y muy sufrida; el padre ausente y que luchaba por una causa noble”.

El canon norcoreano

La doctora Anna Broinowski, profesora de Artes Audiovisuales en la Universidad de Sidney, es una de las pocas cineastas extranjeras que ha podido rodar en Corea del Norte. Su documental Aim High in Creation! (2013) representa una ventana insólita al país: con el pretexto de investigar las técnicas de propaganda norcoreanas y aplicarlas a una nueva película que ayudara a concienciar a Sidney de la necesidad de impedir la apertura de una mina de gas metano de carbón en la ciudad, la Dra. Broinowski obtuvo permiso para entrevistarse con los profesionales más destacados del país. El trabajo —que pudo verse en España en Filmin— es una aproximación que destaca por no acogerse al estilo ridiculizante con el que muchas veces se aborda la cultura norcoreana, a la manera de un objeto kitsch: la mirada es respetuosa y, gracias a ello, logra acceder a información amplia y nueva sobre el funcionamiento de su industria del cine. Esto hizo que el documental generase gran interés en Corea del Sur, donde se estrenó en 2018, o que Netflix lo distribuyera en Estados Unidos.

Sin embargo, en Aim High in Creation! tampoco faltan los momentos de pura comedia situacional, como cuando descubrimos que uno de los directores norcoreanos más indignados por el desprecio de Australia hacia el medio ambiente acaba de realizar, de hecho, una película sobre las bondades de la bomba nuclear. “Los me gusta en la página de Facebook de la película crecen cada vez que Kim Jong-un prueba un nuevo misil”, ironiza la directora en declaraciones a ICON.

Consultada sobre si el cine de Corea del Norte podría tener realmente un interés académico, la Dra. Broinowski no duda: “¡Absolutamente! Es un artefacto poco común: la persuasión masiva, más que la taquilla, es el marcador clave del éxito y conserva un poder único, dado que su audiencia cautiva de más de 24 millones de ciudadanos tiene prohibido el acceso al entretenimiento extranjero”. Eso sí, matiza que no todo el cine foráneo está restringido allí y, por ejemplo, las películas de James Cameron son conocidas.

“No es algo sorprendente, dadas sus narrativas socialistas. La lucha de DiCaprio con el injusto sistema de clases en el hundimiento del Titanic y los villanos corporativos intergalácticos en Avatar encajan perfectamente con el propio mito de la creación de la República Popular Democrática de Corea”.


“Por su aislamiento ideológico, su misión propagandística y sus técnicas nostálgicas, yo diría que el cine de Corea del Norte pertenece a una categoría propia”, opina la doctora y documentalista.

“En cuanto al estilo de vida, los cineastas lo tienen mejor que la mayoría de la gente. Una vez se les ha considerado aptos para estudiar cine en la Universidad Kim Il-sung, el título les otorga acceso a tiendas exclusivas para extranjeros en Pyongyang, cómodos apartamentos, coches, viajes de estudio a Alemania, Rusia y China y un salario que se paga estén o no en producción, ¡para un cineasta occidental independiente sería un lujo! Sin embargo, a nivel creativo, las historias que pueden contarse y los personajes en los que pueden concentrarse son limitados”, aclara Broinowski.

Un título representativo de la estructura de una película norcoreana es La florista (Choe Ik Kyu y Pak Hak, 1972), clásico de la cinematografía nacional con guion del propio dictador Kim Il-sung. La película narra las vicisitudes de una vendedora de flores durante la ocupación japonesa de Corea, cuyas duras condiciones de vida, vinculadas al maltrato y la humillación a los que ella y los suyos se ven sometidos por los usurpadores nipones de su comunidad, acaban empujándola a unirse a la lucha del Ejército Popular.
La renovación y apertura de su cine llegó de la mano de los cautivos Shin Sang-ok y Choi Eun-hee, que insuflaron un aire occidental (por la gran influencia estadounidense en el país donde se formaron, Corea del Sur) a los montajes y composiciones visuales de sus películas. Kim Jong-il llegó a estar tan satisfecho y confiar tanto en el trabajo de la pareja que les permitió rodar una biografía del fundador Kim Il-sung, La estrella de Corea (1985), cuyo actor protagonista fue sometido a cirugía plástica para parecerse al líder.

El Godzilla comunista

Pero si hay una película que rebasó con creces las expectativas de consumo internacional de Kim Jong-il (aunque no por los motivos que él hubiera deseado), esa es Pulgasari (Shin Sang-ok, 1985). Convertida con los años en un título de culto, se trata de una versión de Godzilla adaptada a la ideología juche, la interpretación norcoreana del comunismo. Su popularidad ha contribuido sustancialmente a hacer más conocida la historia del secuestro del director y la actriz surcoreanos, por la idea grotesca de que un loco tirano capturase a dos artistas con la intención de obligarles a hacer una película de monstruos a su medida.

“¡Es un peliculón!”, proclama la cómica y guionista Vera Montessori a ICON. Montessori es miembro de CineCutre, un colectivo que celebra el cine de baja calidad hecho con pasión, y que organiza anualmente el festival CutreCon, certamen celebrado en Madrid que prevé llegar a su décima edición en marzo. 

“Creo que aún no hemos programado Pulgasari y deberíamos”, dice Montessori, que afirma sentir “ternura” por “los decorados de la película, el sonido agónico de un Casio como banda sonora y el olor a goma quemada”.

Ambientada en la Edad Media, durante la dinastía Goryeo en Corea, Pulgasari cuenta cómo un gigantesco monstruo ayuda al campesinado a levantarse contra el malvado rey y obtener la libertad. Algo curioso, sin embargo, sucede al final: una vez expulsada la monarquía, el pueblo se ve incapaz de alimentar al monstruo debido a su terrible voracidad y acaba teniendo que sacrificarlo. Esto, que generosamente podría interpretarse como un equivalente a la fase final del comunismo en la que, según la teoría, se procede a la abolición del Estado, fue leído por Paul Fischer como una crítica encubierta de Shin Sang-ok al régimen:

 “El monstruo era un trasunto del propio Kim Il-sung: el hombre que había liberado la nación de los opresores era hoy una bestia egoísta de apetito destructivo e insaciable”.

Un país de película

En Corea del Norte, si no se puede decir que la realidad supera a la ficción, es porque ambas parecen coexistir en el mismo plano. Paul Fischer analizó en Producciones Kim Jong-il presenta... cómo la capital Pyongyang, más que una ciudad, es un gran decorado. Y el documental The propaganda game (2015), rodado por el español Álvaro Longoria en la nación juche, enmarcaba las informaciones sobre el país que suelen llegar a Occidente dentro de una sensacionalista guerra de propaganda que impedía conocer la realidad… si bien esa realidad, en su película, se presenta como algo profundamente enrarecido e inescrutable, como si todo lo que se contara de Corea del Norte fuese disparatado y, a la vez, la verdad fuese aún más descabellada. La Dra. Anna Broinowski coincide con ese diagnóstico:

 “La verdad se encuentra en algún lugar entre la propaganda de Fox News y el canal estatal de la RPDC”.

La profesora y documentalista, de hecho, tiene sus reservas con la historia del secuestro de Shin Sang-ok y Choi Eun-hee. “Si bien el secuestro de Choi y Shin encaja con las narrativas de los gobiernos y de los medios occidentales sobre la malvada Corea del Norte, creo que es importante reconocer también la opinión del crítico de cine japonés Tetsuo Nishida, quien sugiere en su libro La imagen ficticia [1988, inédito en España] que la pareja no fue secuestrada, sino que fue a Corea del Norte voluntariamente: Shin, porque el gobierno conservador de Corea del Sur ya no respaldaba sus películas, y Choi, porque era demasiado mayor para interpretar papeles protagonistas en su país”. La de Nishida no es una opinión cualquiera, puesto que el crítico nipón fue, precisamente, quien facilitó la huida de la pareja durante su estancia en Viena, donde Kim Jong-il planeaba que abriesen la división internacional de su productora.

Razonablemente, cualquier lector de Producciones Kim Jong-il presenta… puede tener dudas acerca de lo que cuenta por la suspensión de la incredulidad a la que obliga la narración, cercana a las películas de James Bond más desmadradas. No obstante, si ver es creer, la primera aportación norcoreana al audiovisual que nos ha traído este 2021 vuelve a hacer saltar por los aires los límites de la verosimilitud: se trata de un documental, El infiltrado, dirigido por el noruego Mads Brügger y recientemente estrenado en Filmin, que vincula al español Alejandro Cao de Benós (primer representante de Corea del Norte en Occidente) y la organización que preside, la Asociación de Amistad con Corea, a una trama internacional de tráfico de drogas y armas con lazos en Oriente Próximo. En caso de que, como afirma Paul Fischer, Corea del Norte sea como “un plató gigantesco” con más de 24 millones de sufridos y forzosos figurantes, lo que desde luego le sobra es capacidad para sorprender en cada nuevo episodio.

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