Condecoraciones carlistas durante la Tercera Guerra Carlista 1873-1876 (I).-a


Esteban Aguilar Orellana ; Giovani Barbatos Epple.; Ismael Barrenechea Samaniego ; Jorge Catalán Nuñez; Boris Díaz Carrasco; -Rafael Díaz del Río Martí ; Alfredo Francisco Eloy Barra ; Rodrigo Farias Picon; Anllela Hormazabal Moya ; Patricio Hernández Jara; Walter Imilan Ojeda; Jaime Jamet Rojas ; Gustavo Morales Guajardo ; Francisco Moreno Gallardo ; Boris Ormeño Rojas; José Oyarzún Villa ; Rodrigo Palacios Marambio; Demetrio Protopsaltis Palma ; Cristian Quezada Moreno ; Edison Reyes Aramburu ; Rodrigo Rivera Hernández; Jorge Rojas Bustos ; Alejandro Suau Figueroa; Cristian Vergara Torrealba ; Rodrigo Villela Díaz; Nicolas Wasiliew Sala ; Marcelo Yañez Garin; Ana Karina Gonzalez Huenchuñir; Alamiro Fernandez Acevedo; Francia Carolina Vera Valdes; Tatiana Flor Maulén Escobar; Raúl Meza Rodríguez; 

A través de dos artículos anteriores publicados en www.numismaticodigital.com, sobre obligaciones y bonos carlistas y sobre las monedas emitidas con la efigie de Carlos VII, dimos un breve repaso al periodo 1869-1876, entre la caída de Isabel II y la Restauración borbónica en la figura de su hijo Alfonso XII, en el que el sobrino y primo de ambos, Don Carlos de Borbón y de Austria-Este, Carlos VII para sus partidarios, luchó en reclamación de sus derechos dinásticos a la corona de España, inicialmente en el terreno político, y a partir de 1872 en el campo militar, con la Tercera Guerra Carlista, que finaliza con su exilio a inicios de 1876. (Leer +)
En este tercer artículo nos adentramos en la medallística carlista de dicho periodo, en el que Don Carlos crea una serie de condecoraciones específicas que se añaden a las recompensas militares o civiles habituales y que el soberano legitimista concedía en sus atribuciones como Rey de las Españas, gobernando como tal en amplias zonas del territorio vasco-navarro y en algunas comarcas rurales de Cataluña, aquí representado por su hermano Alfonso, itinerante en compañía de su esposa Doña María de las Nieves.




Pasando a las condecoraciones, en su mayoría bien conocidas por los coleccionistas y los aficionados a la historia del carlismo, comenzaremos citando la relación de las mismas que se hace en la obra “La España Carlista”, editada en Barcelona en 1886. El Conde de Melgar, secretario de Don Carlos, es consultado por los autores del libro y enumera las siguientes:

Medalla de Berga (en cobre)
Medalla de Alpens (en plata)
Medalla de Montejurra (en cobre)
Medalla de Don Carlos (en plata y encobre)
Medalla de Somorrostro (en cobre)
Medalla de Cuenca (en cobre)
Medalla de La Caridad (en oro)
Medalla de La Caridad, otro dibujo (en plata)
Medalla de La Caridad, otro dibujo (encobre)
Medalla a los defensores de la Costa Cantábrica (en cobre)

Además, en dicha obra se incluye un dibujo enviado por el propio Melgar, con la imagen de las diez medallas, así como de monedas y sellos emitidos por los carlistas durante la contienda. Dada la fuente oficial y contemporánea de dicha lámina, que reproducimos en este artículo, pasaremos a comentar en el mismo orden cada una de las recompensas.

MEDALLA DE BERGA


Medalla circular en cobre, de 35 mm. de diámetro. En el anverso figura el busto laureado de Carlos VII, con la inscripción “BERGA • 27DE MARZO DE 1873”; en el reverso, el antiguo escudo de la provincia de Barcelona y el lema carlista “DIOS, PATRIA Y REY”. La cinta es roja y se conocen algunos ejemplares en plata.




Tras la entrada en Cataluña, a inicios de1873, de Don Alfonso de Borbón y de Austria-Este, hermano menor de Don Carlos, acompañado de su esposa Doña María de las Nieves de Braganza, se produce una cierta organización de las partidas carlistas, y comienzan a realizarse acciones contra algunas localidades catalanas emblemáticas. Uno de los principales objetivos es Berga, sede del gobierno carlista en Cataluña en los últimos años de la Primera Guerra Carlista. Por su carácter simbólico, y ser la capital de una comarca con amplio soporte al legitimismo, las tropas de Don Alfonso y de cabecillas del carisma del General Savalls intentarán varias veces la toma de la villa, consiguiéndolo en la acción del 27 de marzo de 1873. Sin capacidad para ocupar Berga de forma permanente, ese mismo día la abandonan los carlistas, que no obstante se apuntan un triunfo con repercusión propagandística, corroborado con la creación de la distinción. 

Según consta en un diploma provisional de concesión firmado en Olot el 29 de enero de 1875 por el General Savalls en nombre del Infante General en Jefe, Don Alfonso, la medalla se creó por Real Decreto de fecha 13 de abril de 1873.

MEDALLA DE ALPENS


Medalla circular, de 31 mm. de diámetro, normalmente en cobre plateado y de la que también existen algunos ejemplares en plata, con flores de lis apuntando a los puntos cardinales, ampliando laanchura hasta los 51 mm. En el anverso figura la inscripción “ALPENS 9 DE JULIO DE 1873”, y en el reverso “ADELANTE ! ESTA ES MI DIVISA”. En la imagen adjunta pueden verse ambas caras sobre medallas de las dos variantes de metal indicadas. La cinta era bicolor, roja y amarilla, y existen también piezas con cinta verde.




En la localidad de Alpens tuvo lugar la victoria probablemente más importante de los carlistas en Cataluña, en la quelas tropas una vez más conducidas por Don Alfonso, acompañado de su inseparable e intrépida esposa, y por el díscolo General Savalls, derrotaron a la columna liberal del Brigadier Cabrinety, muerto al inicio del combate. Carlos VII nombró Marqués de Alpens a Savalls y agració con la medalla descrita a los carlistas que intervinieron en la acción. Tanto en Alpens como en la toma de Berga destacó el batallón de zuavos, escolta de Don Alfonso, compuesto en buena parte por antiguos compañeros de armas de éste en los zuavos pontificios al servicio de Pio IX, de cuyas unidades tomaron su peculiar uniforme, cambiando el képi por la boina carlista.




Los Infantes que comandaban las tropas carlistas en Cataluña, con sus medallas de Berga y de Alpens. Esta última, en plata, se distingue claramente en la imagen.


Las continuas desavenencias entre los Infantes y Savalls, en cuestión de liderazgo y enfoque de las operaciones militares, provocaron que estos resonantes éxitos iniciales no tuvieran lacontinuidad esperada, hasta el fin de la contienda en tierras catalanas afinales de 1875, con la victoria final de las tropas del General Martínez Campos, el restaurador de Alfonso XII con su proclamación previa en Sagunto el 29 de diciembre de 1874.




Según menciona Doña María de las Nieves en sus Memorias de la campaña, las condecoraciones de Berga y Alpens fueron acuñadas en Austria. No obstante, conocemos una factura de un taller de joyería de París, fechada el 26 de abril de 1874, que acredita la entrega de más de un millar de piezas de la medalla de Alpens, la mayoría en cobre plateado, para tropa, y un número más limitado en plata, para jefes y oficiales.

MEDALLA DE MONTEJURRA


Medalla de cobre en forma de cruz, 38 por 38 mm. En tres de los cuatro brazos del anverso se reparte el lema “DIOS, PATRIA, REY”. En el centro circularlas fechas del combate, “7.8.9. NOVIEMBRE 1873”, orlado por la leyenda “PATROCINIODE LA SMA. VIRGEN”. En los ángulos de los brazos, cuatro flores de lis. El reverso es liso. Sobre la cruz, una corona real rematada por una anilla en forma de ramo de laurel que pende de una cinta roja. Posiblemente la medalla se acuñó en Austria y parecen existir ejemplares en plata.




El modelo se describe con precisión en el Real Decreto promulgado en el Cuartel Real de Estella el 9 de noviembre de1873, en el que asimismo se establece que “tendrán derecho a usar esta medalla los Generales, Jefes, Oficiales y clases de tropa que asistieron en cualquiera de los tres días a tan gloriosa batalla”. Según Francisco Hernado, en su obra La Campaña Carlista publicada en París en 1877, el diseño fue encargado por Don Carlos a su dibujante de campaña, Don León Abadías.


Después de comentar las dos medallas conmemorativas de la contienda en Cataluña, nos trasladamos a las operaciones del Norte. Carlos VII penetra en Navarra por Zugarramurdi el 16 de julio de1873 y aglutina el progresivo levantamiento de numerosos voluntarios para su causa ya en meses anteriores. El dominio carlista en el país vasco-navarro se extiende rápidamente, destacando al inicio la toma de Estella, el 24 de agosto, que se convertirá de facto en la capital de los territorios ocupados, aunque una corte itinerante también se asentará posteriormente con carácter temporal en Durango y Tolosa, y al mismo tiempo destacará Oñate como sede administrativa. En torno a Estella se librarán los principales combates, ante diversas tentativas de los liberales de reconquistar la villa, todos ellos saldados con victorias defensivas de los carlistas, Dicastillo y Montejurra en1873, Abárzuza en junio de 1874, con la muerte del Marqués del Duero, y Lácaren febrero de 1875, donde a punto estuvo de caer prisionero el joven y recién restaurado rey Alfonso XII. Finalmente, los liberales entran en Estella a inicios de 1876, en pleno derrumbe del frente carlista.

Montejurra, elevación a cuyas faldas se encuentra Estella, ha permanecido como monte mítico del carlismo, cuyos ya escasos partidarios siguen acudiendo a su encuentro anual en el mes de mayo, tradición desde hace unos setenta años.

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